jeudi 1 octobre 2009

Quiere, no me quiere… comer.



Primero utilizadas por prestigiosos chef y restaurantes sofisticados, las flores comestibles han ampliado durante los últimos años su influencia y llegaron hoy incluso hasta supermercados y tiendas de los países más desarrollados. Su incorporación en menúes no sólo se debe a sus cualidades decorativas, también suman nuevos sabores.

Flores que sí, flores que no.

Más allá de que algunas puedan verse especialmente atractivas, hay que saber que no todas las flores son comestibles. Y de las que lo son, solo pueden consumirse aquellas que no contengan productos tóxicos o contaminantes para la salud, como herbicidas, pesticidas, fertilizantes o agroquímicos. Es por ello que es sumamente recomendable elegir solo las de procedencia segura.
Dicho esto, la lista de flores comestibles es bastante extensa. Dentro del grupo encontramos las flores de calabaza, de sabor delicado y dulce; las caléndulas, que si bien son amargas aromatizan bebidas; las rosas, las violetas, los claveles, los tulipanes y los crisantemos.

Estas aromáticas novedades se utilizan en muchos más platos de los que uno imagina. Se sirven en cocteles, se las prepara en tortas, se las usa como ingrediente de bombones, y también en cremas, ensaladas, postres, helados y chocolates. Según los expertos, incluso, algunas flores utilizadas en salsas le dan un “toque” muy especial a la carne y el pescado.


Pétalos curiosos…

Aún cuando comer flores pueda parecer a simple vista extraño, nos sorprendería saber que éstas, en realidad, se encuentran incorporadas a nuestra dieta desde hace tiempo. Y es que el alcaucil, el coliflor y el brócoli, por ejemplo, son también, efectivamente, flores. Tanto como el clavo de olor, el romero o el azafrán.
En fin, como se verá, las fronteras de lo comestible no siempre son rígidas, y constantemente podemos encontrar nuevos ingredientes, sabores y texturas con solo mirar a nuestro alrededor... preferentemente en este caso, hacia el jardín.

Canelones de jamón y queso

INGREDIENTES

· 2 huevos

· 100 grs. de harina leudante

· 200 c.c. de leche Sal y pimienta

· 200 gr. de jamón

· 200 gr. de queso de máquina

· 500 c.c. de salsa de tomates

· 250 c.c. de agua Aceite o spray vegetal para lubricar

Preparación

· Colocar los huevos en un recipiente. Agregar en forma alternada la harina y la leche.

· Mezclar hasta lograr una preparación homogénea. Condimentar. Dejar descansar 15'.

· Calentar la cacerola tapada. Lubricar.

· Verter parte de la mezcla de panqueque.

· Distribuir en el fondo de la cacerola.

· Tapar y cocinar a fuego mínimo.

· Retirar. Repetir la operación hasta finalizar con la mezcla de panqueque.

· Rellenar cada panqueque con jamón y queso. Arrollar.

· Cubrir el fondo de la cacerola con salsa de tomates, tapar y llevar a fuego mínimo.

· Una vez caliente, colocar los canelones sobre la salsa. Cubrir con más salsa.

· Tapar y cocinar a fuego mínimo hasta finalizar la cocción.

Variante:

Rellenar con jamón, ricota y nueces picadas.


Secreto:

El reposo de la pasta facilita su elaboración. Si la mezcla se licúa se acelera el proceso.

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http://pmarchesseau.com.ar y del blog chefentoque.kazeo.com.

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