jeudi 1 octobre 2009

Quiero leche... (pero no puedo)


Como todo mamífero, el ser humano tiene en la leche, desde las primeras horas de vida, un elemento central para su alimentación. A medida que vamos creciendo, aunque la dieta se amplía, la leche sigue siendo una compañera importantísima, y aparece diariamente en desayunos, meriendas y postres. Sin embargo, aunque tomar leche nos parezca a muchos tan natural como respirar, existen muchas personas para las que las cosas no son tan simples...

Tolerancia cero

La intolerancia a la lactosa es la imposibilidad que tienen algunas personas de digerir el azúcar que naturalmente contiene la leche. Esta dificultad se debe a una afección que se produce en la mucosa intestinal, producto de la insuficiencia de una enzima llamada lactasa. Los síntomas más comunes para detectar este problema son el dolor o los calambres abdominales, las diarreas ácidas, la pesadez digestiva, el estreñimiento y los problemas de piel que aparecen directamente relacionados con el consumo de alimentos lácteos.

La intolerancia a la lactosa, por otra parte, puede aparecer en la niñez o a cualquier otra edad, por causas congénitas o adquiridas, y puede ser parcial, si el intestino tolera solo pequeñas cantidades de lactosa, o total si la rechaza completamente.


¿Y ahora, qué hago?

Una vez detectada la intolerancia, lo primero que hay que hacer es, obviamente, eliminar la leche y sus derivados (yogurt, queso, manteca, cremas, salsas, postres o cualquier alimento hecho a base de leche) de la dieta, aunque lamentablemente, esto genera otros inconvenientes.

Dado que la leche es una de las bases de la nutrición, sobre todo en los niños, su ausencia puede acarrear la falta de calcio, vitamina D, riboflavina y proteínas. De allí que sea necesario sustituir la falta de leche por otros productos lácteos tratados con lactasa, como preparados a base de proteínas de la leche, u otras opciones como la leche de soja (alternativa recomendable por su aporte nutricional, y por su bajo costo), siempre que proporcionen los mismos nutrientes o alguno de ellos.

Por otro lado, como no siempre el rechazo a la lactosa es absoluto, saber en qué nivel de consumo comienzan los síntomas es fundamental para tener la posibilidad de consumir lácteos, aunque sea en cantidades pequeñas o espaciadas.

No olvidemos, finalmente, que además de las múltiples formas de reemplazar a la leche común con otros alimentos, el mercado ya ofrece también leches deslactosadas, una respuesta ideal para todos aquellos niños que deben pensarlo dos veces cuando los llaman a tomar la leche.

Polenta Moldeada

INGREDIENTES

· 2 cdas. de aceite de oliva

· 1 cebolla de verdeo

· ½ pimiento rojo

· ½ pimiento verde

· 1 lata de tomates

· 200 c.c. de caldo de verduras

· 50 gr. de queso rallado

· 250 gr. de polenta de cocción rápida

· Sal y pimienta.

Preparación

· Calentar la sartén tapada. Lubricar y agregar la cebolla junto con los pimientos picados finamente.

· Tapar y rehogar a fuego mínimo.

· Agregar los tomates licuados o triturados, el caldo, el queso rallado y los condimentos. Mezclar, tapar y continuar a fuego mínimo.

· Al romper el hervor, añadir la polenta en forma de lluvia, revolviendo con cuchara hasta integrar totalmente.

· Emparejar los bordes con una espátula.

· Tapar y cocinar 1 minuto a fuego mínimo. Luego apagar el fuego y dejar en reposo 5’.

· Destapar la sartén y dejar entibiar. Pasar una espátula por los bordes y desmoldar.

Esto texto sobre ...Quiero leche... viene del sitio

http://pmarchesseau.com.ar y del blog chefentoque.kazeo.com.


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