mardi 10 novembre 2009

Crujientes y sabrosos



Suele decirse que, en términos de alimentación, lo recomendable es desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo.

Y si de desayunar como reyes se trata, es fundamental que hablemos de los cereales.

Desde su elaboración industrial a principios del siglo XIX, los cereales se han convertido en actores “centrales” del desayuno no sólo por ser ricos y saludables, sino también por aportar gran parte de esa fuerza que se necesita para transitar la jornada.

Como en tantos otros casos, uno de los primeros usos del cereal estuvo orientado a resolver un problema de salud.

A principios del siglo XIX, en Estados Unidos, el cereal fue utilizado en los desayunos para brindarle a la gente una solución a sus malestares digestivos.

Aportaba la fibra que los desayunos americanos, a base de carne principalmente, no aportaban, evitaban la hinchazón provocada por una alimentación rápida y desordenada, y aligeraban el vientre.

Riquísimos aportes

Estos sabrosos “copitos” se elaboran principalmente a partir de harinas de trigo, maíz, avena, arroz y/o centeno.

Hoy, la industria alimentaria ofrece la más amplia variedad de ellos: azucarados, con miel, caramelo, chocolate, leche o frutos secos.

Y como si estos sabores no resultaran suficientemente tentadores, su aporte nutricional es también fundamental: ya que a través de los hidratos de carbono nos dan una importante cuota de la energía diaria requerida.

Además, excepto los de chocolate y frutos secos, son bajos en grasas, y está comprobado mundialmente que la fortificación de cereales listos para consumir, con una gran variedad de vitaminas y minerales diversos, contribuyen a la incorporación de hierro, calcio, zinc y vitamina A, entre otros.

El único aspecto a tener en cuenta es que para aumentar su sabor y su textura se les suele añadir sodio y azúcares en importantes cantidades.

Pruebas y más pruebas…

El primer tipo de cereal deshidratado para desayuno fue llamado Granula y su elaboración estuvo en manos del Dr. James Celeb Jackson en 1863.

Pero no tuvo mucho éxito dado que, antes de poder comerlo, debía estar secado en el horno y luego reposar una noche. ¡Demasiada dedicación!

Fue el médico estadounidense John Harvey Kellogg quien en 1897 fundó la compañía Sanitas Food Company para producir cereales integrales eficientes.

Su producto más exitoso era un tipo de cereal de desayuno en base de trigo hervido.

De allí en más, se han elaborado numerosas técnicas para su fabricación y adecuación al consumo, desde la desmenuza de trigo hasta la extrusión de los cereales a presión y temperatura alta.

Sea cual fuera la técnica, los que empezaron siendo un producto pensado para solucionar problemas digestivos, se convirtieron en un alimento popular, elegido para el desayuno pero también deseado por grandes y chicos en cualquier momento del día.

Receta

Barritas de Cereal

Ingredientes de las Barritas de cereal

· 150 gr. de miel

· 6 cdas. de azúcar negra (150 gr.)

· 100 gr. de manteca

· 400 gr. de avena arrollada de cocción rápida

· 50 gr. de pasas de uva o chips de chocolate Cáscara rallada de 1 naranja

· 2 claras batidas ligeramente

Preparación

· Disolver sobre el fuego la miel con el azúcar y la manteca.

· Retirar del fuego y agregar la avena junto con las pasas de uva, la ralladura y las claras.

· Verter la preparación en el complemento lubricado. Aplastar con espátula.

· Calentar la pieza tapada a fuego fuerte. Introducir el complemento.

· Tapar y cocinar a fuego fuerte hasta finalizar la cocción. Apagar el fuego y dejar en reposo 10' en la pizzera tapada.

· Dejar entibiar la preparación dentro del complemento y cortar las barritas.

· Retirarlas una vez frías.

Esto texto sobre los crujientes y sabrosos viene del sitio

http://pmarchesseau.com.ar y del blog chefentoque.kazeo.com.


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