La pasiòn...
Traducida a más de 30 idiomas y vista por millones de espectadores en todo el mundo gracias a su versión cinematográfica, la novela mexicana “Como agua para chocolate” ilustra como pocas el poder inconmensurable de ese acto de amor que es cocinar.
Tal parecía que, en un extraño fenómeno de alquimia, no solamente la sangre de Tita sino todo su ser se había disuelto en la salsa de rosas, en el cuerpo de las codornices y en cada uno de los olores de la comida. De esta manera penetraba en el cuerpo de Pedro, voluptuosa, aromática, calurosa y completamente sensual. Parecía que había descubierto un nuevo código de comunicación.
Posiblemente, pocas novelas hayan logrado resumir de manera más contundente, poética e imaginativa que Como Agua para Chocolate la íntima relación que guarda la comida con todas las pasiones humanas.
Traducida a más de 30 idiomas y ganadora de innumerables premios tanto en su versión literaria como en la más afamada versión cinematográfica, esta bellísima novela de la mexicana Laura Esquivel está ambientada en los tiempos de la revolución mexicana y cuenta la historia de Tita, una apasionada y joven cocinera que es condenada a permanecer soltera, cuidando de su autoritaria madre hasta que esta muera.
El último reducto de generosidad
Víctima de un amor que no puede consumarse producto de esta condena, Tita se dedica a cultivar el arte de la cocina y logra tal maestría entre ollas, morteros y sartenes que no sólo logra expresar a través de sus platos todos los sentimientos que ella misma no puede canalizar sino que induce incluso a sus comensales a experiencias que van desde la tristeza y el llanto incontenible hasta una monumental escena de erotismo colectivo.
“Creo que actualmente la cocina es el último reducto que el mundo civilizado nos ha dejado para ejercer la generosidad” dice Laura Esquivel, para quien “el acto de cocinar es una acto de amor, todo aquello que hace que dos cosas se conviertan en una es un acto amoroso”.
Incluso, más allá de que en la novela la cocina es territorio exclusivo de las mujeres, Esquivel cuenta que, después de publicar su obra, muchos hombres le escribieron agradeciéndole muchísimo que los hubiera hecho a volver a ese espacio y redescubrirlo.
“Muchos hombres -dice- se metieron en la cocina, se entusiasmaron y descubrieron el enorme gozo y enriquecimiento personal que uno adquiere ahí”.
Receta: Tarta de Frutillas
INGREDIENTES
- 100 gr de manteca a temperatura ambiente
- 50 gr de azúcar
- 1 huevo
- 150 gr de harina
Relleno:
- 150 gr. de azúcar
- 2 huevos
- 200 gr. de crema
- 2 cdas. de fécula de maíz
- 1 cdta. de esencia de vainilla o cáscara rallada de limón
Cubierta:
- 250 gr de frutillas
- 1 sobre de gelatina sin sabor
- 1 cda de azúcar
- 80 c.c. de agua
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