lundi 1 novembre 2010

Restaurant a oscuras

Restaurant a oscuras

Restaurantes “ciegos”: comer sin ver

No se trata de economizar energía eléctrica. Tampoco de apagones imprevistos. Los restaurantes oscuros son una gran novedad gastronómica a nivel mundial y parten de la idea de que, para disfrutar de la comida de una manera realmente intensa, es mejor sentirla, olerla, saborearla y tocarla ... que verla.

Ojos que no ven


Algunos se encuentran en China, otros en Israel y otros en Argentina. Más allá de sus diferencias, todos tienen en común que abren sus puertas pero no dejan ver lo que hay adentro.

En estos lugares, donde parece reinar el misterio y la fascinación por experimentar nuevas maneras de almorzar o cenar, los comensales entran escoltados por camareros que usan lentes de visión nocturna.

Ellos los conducen hasta el salón donde se comerá, que es completamente oscuro, y les explican dónde están ubicados los cubiertos, el plato y el vaso.

Luego se retiran, no sin antes recordar que allí no se permite usar objetos que puedan alumbrar, como linternas, celulares o relojes luminosos.


¡Mozo!

Una vez en sus asientos, los comensales esperan que llegue el menú y, seguramente tratando de no romper ninguna copa y de no tirar nada de la mesa, se disponen a comer. Generalmente, en estos lugares hay platos fijos, ya que leer la carta es misión imposible.

El único sector iluminado de estos “locos” restaurantes es el baño, y en algunos casos, sus dueños han empleado la modalidad de contratar gente con problemas de visión, fomentando su posibilidad de trabajar en los mismos lugares y al igual que cualquier otra persona.

Excéntricos, raros, originales… Estos restaurantes muestran una vez más cuánta creatividad se puede aplicar al acto de comer y cómo jugar con los sentidos combinándolos es una actividad cuyo límite es solo la propia imaginación.

Quienes se sientan tentados de probar esta rara manera de ingerir alimentos sin ir muy lejos, pueden experimentar en la propia casa, apagando la luz y sintiendo el placer de tener los ojos cerrados pero los demás sentidos bien abiertos, para gozar de una buena comida... de una manera distinta.

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