Las golosinas son una debilidad para chicos y para no tan chicos. Sus atractivos colores, formas, olores y sabores las hacen irresistibles y son muchos los que, independientemente de la edad, encuentran difícil decir “no” a un caramelo.
Sin embargo, más allá de su atractivo sensorial, el aporte nutricional que representan es casi nulo y su abuso complica la salud. ¿Prohibirlas?... no, pero sí dosificarlas.
Sin embargo, más allá de su atractivo sensorial, el aporte nutricional que representan es casi nulo y su abuso complica la salud. ¿Prohibirlas?... no, pero sí dosificarlas.
¿Me das otra?
Una golosina (que proviene de “goloso”) es un manjar generalmente dulce, constituido básicamente por azúcares simples de rápida asimilación, que aportan una gran cantidad de calorías pero casi ningún nutriente.
Allá lejos ha quedado la época en que comer una golosina era una ceremonia excepcional. Hoy en día, las golosinas forman parte del paisaje cotidiano, y eso no es del todo bueno. Su consumo en exceso es un problema que enfrentan los niños, pero que debemos resolver los grandes.
A pesar de que generen un desorden en las costumbres nutricionales, problemas digestivos y aumento de caries, entre otros problemas, la solución no es prohibir las golosinas, sino regularlas. La clave está en saber darlas en su medida justa y en incorporar mejores hábitos para su consumo.
Trucos para golosos
Para que tus hijos sigan disfrutando de ricos caramelos, chupetines y otros dulces, sin que estos los perjudiquen, hay algunos trucos sencillos:
Una golosina (que proviene de “goloso”) es un manjar generalmente dulce, constituido básicamente por azúcares simples de rápida asimilación, que aportan una gran cantidad de calorías pero casi ningún nutriente.
Allá lejos ha quedado la época en que comer una golosina era una ceremonia excepcional. Hoy en día, las golosinas forman parte del paisaje cotidiano, y eso no es del todo bueno. Su consumo en exceso es un problema que enfrentan los niños, pero que debemos resolver los grandes.
A pesar de que generen un desorden en las costumbres nutricionales, problemas digestivos y aumento de caries, entre otros problemas, la solución no es prohibir las golosinas, sino regularlas. La clave está en saber darlas en su medida justa y en incorporar mejores hábitos para su consumo.
Trucos para golosos
Para que tus hijos sigan disfrutando de ricos caramelos, chupetines y otros dulces, sin que estos los perjudiquen, hay algunos trucos sencillos:
- Intentar que asocien las golosinas con fiestas u ocasiones especiales. Así se evitará que las pidan a diario.
- No tener carameleras llenas en casa. Si se ven y están a mano, son más deseables.
- Procurar no comer golosinas delante de los más pequeños.
- No recompensar una buena acción con caramelos. Mejor hacerlo diciéndoles el orgullo que se siente por ellos, o regalándoles un paseo, por ejemplo.
- Acostumbrarlos a lavarse los dientes luego de comer una golosina. Con el tiempo, lo incorporarán como hábito.
- Crear las propias golosinas e invitar a los chicos a participar de su preparación. Por ejemplo, cortar trozos de frutas y bañarlas con una delgada capa de chocolate es una excelente idea. Estarán encantados de comer sus dulces caseros (y más sanos)
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire