Té bebo |
Es la segunda bebida más popular del mundo, luego del agua. Consumido en grandes ceremonias desde tiempos inmemorables, el té, la infusión por excelencia, hoy nos cuenta su origen y sus rituales.
Hay registros que mencionan que más de diez siglos antes de Cristo, los chinos ya tenían la costumbre de utilizar hojas de té para darle un sabor agradable al agua hervida. Sin embargo, y a pesar de cierto consenso acerca de su origen asiático, la bebida más antigua del mundo hecha por el hombre tiene a su alrededor toda una multitud de atractivas leyendas que se arrogan la “verdad” sobre su origen.
De tazas y mitos
De acuerdo con la leyenda china, se encontraba el emperador Chen-Nung hirviendo agua, mientras descansaba bajo la sombra de un árbol, cuando el viento movió sus hojas y algunas cayeron en la olla. El emperador bebió la infusión resultante y quedó maravillado. ¡Era té!
Los japoneses, en cambio, atribuyen el origen a la experiencia de un monje llamado Bodhi-Dharma, de quien cuentan que decidió no dormir durante nueve años para meditar, pero a los tres años no resistió más y cayó dormido. Al despertar, se enfureció tanto por su debilidad que se arrancó los párpados y los enterró en un jardín. Allí nació una planta desconocida. Tiempo después, el príncipe descubrió que sus hojas ayudaban a mantenerse despierto y fue así como comenzó el cultivo del té.
La versión hindú, por su parte, indica que un príncipe descubrió el té en medio de un peregrinaje budista, cuando enfermó y un sabio le recomendó que lo bebiera porque tenía propiedades curativas.
Y con ustedes… el té.
Más allá de las leyendas, lo cierto es que el té se ha convertido con los años, mucho más que una bebida, en parte de un rito y un estilo de vida. Es una ceremonia donde se mezcla el espíritu con el cuerpo, y un momento armónico, en el cual se reúnen filosofía, arte y religión.
Hoy en día, los países con mayor culto al té son China, Japón y Corea. Pero en Europa también se le otorga un lugar privilegiado, y en países como Inglaterra, la hora de tomarlo es sagrada. Más aun, existieron en la historia defensores apasionados, como Sir William Gladstone, primer ministro de la Reina Victoria de Inglaterra, quien dijo: "Si tienes frío, el té te calentará. Si tienes calor, el té te refrescará. Si estás deprimido, te animará. Si excitado, te calmará".
De tazas y mitos
De acuerdo con la leyenda china, se encontraba el emperador Chen-Nung hirviendo agua, mientras descansaba bajo la sombra de un árbol, cuando el viento movió sus hojas y algunas cayeron en la olla. El emperador bebió la infusión resultante y quedó maravillado. ¡Era té!
Los japoneses, en cambio, atribuyen el origen a la experiencia de un monje llamado Bodhi-Dharma, de quien cuentan que decidió no dormir durante nueve años para meditar, pero a los tres años no resistió más y cayó dormido. Al despertar, se enfureció tanto por su debilidad que se arrancó los párpados y los enterró en un jardín. Allí nació una planta desconocida. Tiempo después, el príncipe descubrió que sus hojas ayudaban a mantenerse despierto y fue así como comenzó el cultivo del té.
La versión hindú, por su parte, indica que un príncipe descubrió el té en medio de un peregrinaje budista, cuando enfermó y un sabio le recomendó que lo bebiera porque tenía propiedades curativas.
Y con ustedes… el té.
Más allá de las leyendas, lo cierto es que el té se ha convertido con los años, mucho más que una bebida, en parte de un rito y un estilo de vida. Es una ceremonia donde se mezcla el espíritu con el cuerpo, y un momento armónico, en el cual se reúnen filosofía, arte y religión.
Hoy en día, los países con mayor culto al té son China, Japón y Corea. Pero en Europa también se le otorga un lugar privilegiado, y en países como Inglaterra, la hora de tomarlo es sagrada. Más aun, existieron en la historia defensores apasionados, como Sir William Gladstone, primer ministro de la Reina Victoria de Inglaterra, quien dijo: "Si tienes frío, el té te calentará. Si tienes calor, el té te refrescará. Si estás deprimido, te animará. Si excitado, te calmará".
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