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| Los Chicos en Casa |
Cada Cosa en su Lugar
Es cierto que a los chicos les resulta más fácil desordenar que poner todo en su sitio, pero con un buen argumento, ordenar se puede convertir en una tarea divertida para este tiempo de vacaciones.
Es cierto que a los chicos les resulta más fácil desordenar que poner todo en su sitio, pero con un buen argumento, ordenar se puede convertir en una tarea divertida para este tiempo de vacaciones.
Limpieza de mitad de año
Ahora que recién comienzan las clases, es un buen momento para revisar junto con ellos sus muñecos, libros, mochilas y útiles escolares y hacer una limpieza de mitad de año.
Si empezamos por los juguetes, una buena idea será seleccionar los que seguirán en uso, separándolos de los que necesitan reparación y los que pueden donarse. No se trata aquí sólo de poner orden en una habitación, sino de aprender a tomar parte en las tareas de la casa, con pequeñas responsabilidades, y, a la vez, aprender el valor de la solidaridad con aquellos que tienen menos.
Los contenedores plásticos de diversas medidas, con tapas, son útiles para guardar cosas pequeñas, como bloquecitos plásticos, muñequitos coleccionables, figuritas, fichas, o piezas sueltas de otros juegos. Los contendores para zapatos (los que se cuelgan en el interior de las puertas de los placares) son muy prácticos para guardar muñecos de peluche.
Libros, CDs y sorpresas
Los CDs también necesitan ser puestos en orden: es la oportunidad justa para reemplazar las cajas rotas por sobres para CDs, de papel o plástico, que los chicos pueden encargarse de rotular.
Hay que revisar los libros infantiles, por si necesitan ser reparados (pegar tapas u hojas sueltas, por ejemplo). Los que estén deslucidos pueden forrarse con papeles de colores y los de tapas plastificadas se pueden limpiar con líquido limpiavidrios. ¡Quedan impecables!
Viejos amigos
Finalmente, sacar alguna caja del placard (de esas que están guardadas desde hace años) y revisar su contenido junto con ellos puede ser una experiencia divertida. A los chicos les encanta descubrir objetos que no conocían o reencontrarse con antiguos “amigos” como juguetes de años anteriores o prendas de vestir de otras épocas. Al hacerlo, no sólo contribuirán a poner cada cosa en su lugar: también disfrutarán de repasar juntos la historia familiar que cuentan los objetos guardados en casa.
Ahora que recién comienzan las clases, es un buen momento para revisar junto con ellos sus muñecos, libros, mochilas y útiles escolares y hacer una limpieza de mitad de año.
Si empezamos por los juguetes, una buena idea será seleccionar los que seguirán en uso, separándolos de los que necesitan reparación y los que pueden donarse. No se trata aquí sólo de poner orden en una habitación, sino de aprender a tomar parte en las tareas de la casa, con pequeñas responsabilidades, y, a la vez, aprender el valor de la solidaridad con aquellos que tienen menos.
Los contenedores plásticos de diversas medidas, con tapas, son útiles para guardar cosas pequeñas, como bloquecitos plásticos, muñequitos coleccionables, figuritas, fichas, o piezas sueltas de otros juegos. Los contendores para zapatos (los que se cuelgan en el interior de las puertas de los placares) son muy prácticos para guardar muñecos de peluche.
Libros, CDs y sorpresas
Los CDs también necesitan ser puestos en orden: es la oportunidad justa para reemplazar las cajas rotas por sobres para CDs, de papel o plástico, que los chicos pueden encargarse de rotular.
Hay que revisar los libros infantiles, por si necesitan ser reparados (pegar tapas u hojas sueltas, por ejemplo). Los que estén deslucidos pueden forrarse con papeles de colores y los de tapas plastificadas se pueden limpiar con líquido limpiavidrios. ¡Quedan impecables!
Viejos amigos
Finalmente, sacar alguna caja del placard (de esas que están guardadas desde hace años) y revisar su contenido junto con ellos puede ser una experiencia divertida. A los chicos les encanta descubrir objetos que no conocían o reencontrarse con antiguos “amigos” como juguetes de años anteriores o prendas de vestir de otras épocas. Al hacerlo, no sólo contribuirán a poner cada cosa en su lugar: también disfrutarán de repasar juntos la historia familiar que cuentan los objetos guardados en casa.
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